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Credito: Presidencia
China y su interés por el polo argentino
A finales de 2018, en el marco de la Cumbre del G20 en Buenos Aires, se dio un intercambio diplomático que sin duda fue bien recibido por quienes forman parte de la industria ecuestre de Argentina, país anfitrión. El presidente de Argentina, Mauricio Macri, le obsequió una yegua de polo a su homólogo de China, Xi Jinping. Más que un gesto simbólico, se trató de un valiosa iniciativa que intenta posicionar a este deporte en la región asiática y consolidar negocios millonarios tanto por la venta de caballos, asesorías en transferencia embrionaria e inseminación artificial, como por la cría y entrenamiento deportivo para el desarrollo de esta disciplina.
Argentina tiene muchos años construyendo su marca y manteniéndose en lo más alto del podio en el sector. Como indicaron representantes del gobierno en una reunión de la Mesa Equina Nacional a principios de 2018, el país se posiciona como el tercer productor de embriones a nivel mundial con 10 mil embarazos al año (sólo por detrás de Brasil y Estados Unidos), de los cuales 90% van destinados exclusivamente a caballos de polo.
Desde la primera edición del Campeonato Mundial de Polo en 1987, Argentina ha logrado cinco victorias. Ni hablar de los prestigiosos torneos de alto hándicap, la llamada triple Corona por los abiertos de Tortugas, Palermo y Hurlingham que se organizan localmente. Para el país representa una larga cadena productiva que genera más de 125.000 empleos directos e indirectos con gran impacto en el Producto Interno Agropecuario, que exige una mano de obra muy calificada y que reúne al menos a 7.000 polistas en el país, de acuerdo a El Cronista.
La cultura de apropiación del polo como marca país, desde las bases más profundas, ha hecho inevitable su expansión a escala internacional. Datos de la Asociación Argentina de Polo refieren que alrededor de 40.000 jugadores de 70 países del mundo se nutren o respaldan de talento argentino en las distintas áreas (criadores, petiseros, veterinarios y jugadores profesionales).
¿Está China conociendo este deporte? No realmente. Hay registro histórico de que este deporte nació justamente en la región de Asia Central hace más de 2000 años. Emperadores chinos jugaron por siglos, aunque luego se haya perdido la práctica de la disciplina como tradición de las clases más elitistas. Hoy Argentina enfrenta el reto de llevar el polo a sus verdaderos orígenes, una iniciativa que le puede dar muchas satisfacciones desde el plano comercial y deportivo.
Mate en Beijing
Ya ha habido varios acercamientos por parte del gobierno y asociaciones locales de polo por exportar su talento y conocimientos al territorio chino. De hecho, en 2011 se organizó en el Tang Polo de Pekín la primera Copa República Argentina, siendo este uno de los primeros pasos para dar un acercamiento formal a través de un torneo de exhibición.
El Beijing International Polo Club también fue otro proyecto generado con participación de inversores de ambos países. Casos como el de los cinco petiseros argentinos (conectores entre el jinete y el caballo) que trabajan en el Tianjín Metropolitan Polo Club, uno de los más prestigiosos del país, se repiten en otros clubes y centros de entrenamiento en la región, según reseñó Clarín.
Argentina tiene recursos sólidos por ofrecer. De acuerdo al portal AgroVoz, en 2017 el país exportó equinos por un valor superior a 30 millones de dólares, con principal destino a Estados Unidos, Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos. Actualmente, la reserva de equinos es de alrededor de 2.500.000 animales, de los cuales 16% corresponde a razas puras.
Además, la aplicación de biotecnología a equinos deportivos, específicamente la clonación de caballos de polo, es una práctica que también se ha consolidado en las últimas décadas. Actualmente, están disponibles servicios de clonación por 80.000 dólares. Estas compañías del mercado que fusionan buen linaje y genética ya realizan entre 50 y 150 clones por año. Saquen la cuenta.
En 2010, una de las réplicas de La Cuartetera, la yegua preferida de Adolfo Cambiaso (considerado por muchos el mejor jugador de polo del mundo), se vendió en una subasta por 800.000 dólares.
¿Lograrán los jugadores de polo argentino tomar mate en China?
Pronto lo sabremos. Yo apuesto que sí.
Por: Luis Miguel Colmenares CEO
@lmsportsbiz
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